sábado, 10 de febrero de 2007

No puedes imaginar cuanto te quiero

No ha salido el sol,
miro en el reloj,
son las siete y no puedo dormir.
Cojo tu jersey azul,
me gusta que huela a ti,
siento que me abraza como tú.

No has despertado aún, apago la suave luz
que ilumina mi trocito de colchón.

Entro en la habitación,
oigo tu respiración
y los latidos de tu corazón.

Vas despertando ya,
buscas en mi mitad
y me encuentras esperando en un rincón.

No puedes imaginar cuanto te quiero,
ahora los relojes pararán.

Tú, acercándote a mi pelo.
Tú y tu mirada otra vez.
Quiero que no exista el tiempo,
detener este momento,
una vida es poco para mí.

Siento miedo al pensar
que esta complicidad
algún día vaya a terminar.
Miedo a no volver a ver
tus ojos desvistiéndome
como lo hacen cada anochecer.

Abrázame otra vez,
vamos a prometer,
algo que nunca vayamos a romper.

No puedes imaginar cuanto te quiero,
ahora los relojes pararán.

Tú, acercándote a mi pelo.
Tú y tu mirada otra vez.
Quiero que no exista el tiempo,
detener este momento,
una vida es poco para mí.

No puedes imaginar cuanto te quiero,
ahora los relojes pararán.

Tú, acercándote a mi pelo.
Tú y tu mirada otra vez.
Quiero que no exista el tiempo,
detener este momento,
una vida es poco para mí.

(La Oreja de Van Gogh)

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