El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales.
El hombre es el águila que vuela.
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio.
Cantar es conquistar el alma.
El hombre es el ingenio, la mujer es el corazón.
El ingenio ilumina, el corazón produce amor.
La luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es el genio, la mujer es el ángel.
El genio es inmensurable, el ángel es indefinible.
La aspiración del hombre es la gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud eterna.
La gloria engrandece, la virtud diviniza.
El hombre tiene la supremacía, la mujer la preferencia.
La supremacía significa fuerza.
La preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer es capaz de todos los sacrificios.
El heroismo ennoblece.
El sacrifico sublimiza.
El hombre tiene un farol: la conciencia.
La mujer tiene una estrella: la esperanza.
La conciencia guía, la esperanza salva.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que lo adorna.
El lago tiene la poesía que lo deslumbra.
En fin... el hombre está colocado donde termina la tierra; y la mujer donde comienza el cielo.
miércoles, 14 de febrero de 2007
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